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Un cuento muy amable cоmo el oso Tashik ayudо a su amigo a salir del bosque
Валентина Басан


El oso Tashik se encuentra en la orilla del r?o con un ni?o muy extra?o. El bebе no tiene pelo en la cabeza, ni pesta?as ni cejas. El ni?o le dice al oso por quе es as? y agrega con tristeza que ahora todos se r?en de еl. El ni?o se perdiо en el bosque y no puede encontrar el camino a casa. El oso Tashik calma al ni?o y lo ayuda a salir del bosque. Mientras superan el dif?cil camino, el ni?o le dice a Tashik quе es el f?tbol y le ense?a al oso las reglas bаsicas. Salen del bosque oscuro y vienen a la ciudad donde vive el ni?o. Ahora el oso Tashik y el ni?o son verdaderos amigos.





Валентина Басан

Un cuento muy amable cоmo el oso Tashik ayudо a su amigo a salir del bosque



Hoy el d?a ha sido especialmente soleado y cаlido. Tashik vino a tumbarse en su querido claro cerca de su guarida natal. El sol se calentо y Tashik se volcо en otro barril. Le encantaba tumbarse en este claro porque hab?a el frambuesa mаs grande de todo el bosque a su lado. Por primera vez, su madre le mostrо este lugar mаgico, fragante y dulce. Ella trajo a Tashik muy peque?o aqu?, y ahora era un oso lo suficientemente adulto como para venir aqu? en el verano, comer bayas y tomar el sol.

Tashik se quedо dormido de calidez y calma. So?о con un bosque, un frambuesa, un r?o del que le gustaba beber agua y un ni?o que vio en la orilla del r?o. El ni?o estaba llorando amargamente, y Tashik no pudo entender por quе. El oso se despertо y corriо hacia la orilla del r?o, que alegremente corriо a alg?n lugar muy, muy lejos. Mamа dijo que el r?o flu?a hacia el mar. Pero quiеn era este mar, Tashik no lo sab?a.

El ni?o estaba sentado en la orilla, como en el sue?o de Tashik, pero no lloraba, sino que mirо cuidadosamente a los аrboles, profundamente en el bosque. Al ver al oso, el ni?o no se asustо, sino que le saludо con la mano.

– ?Hola! – dijо el ni?o y sonriо.

– ?Hola!– el osito y se sentо al lado del ni?o.

– ?Te sorprendiste cuando me viste en la orilla? – preguntо.

– No, te vi en un sue?o, – el osito respondiо con calma y le dio al ni?o una frambuesa, que arrancо en el camino, pero no tuvo tiempo para comer-la.

– ?Gracias, oso! el ni?o cojо la baya y comenzо a admirarla.

– ?Por quе no comes la frambuesa?

– Estoy admirando. Es solo que ella es tan hermosa, y si la como, entonces ya no lo existirа, el ni?o respondiо con calma.





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